El arte en tela me devolvió la esperanza. Hoy Facebook me levantó mostrándome las memorias de mis primeros trabajos convertidos en unos pequeños cojines de tela que realice luego del huracán María. Luego de este evento en septiembre del 2017 quedé sin trabajo y sin clientes como prácticamente casi todos en el mundo creativo y publicidad. Un día frustrada en mi casa y mi taller de diseño, sin agua y sin luz me miré las manos y me dije “no puedo creer que ya no tenga ideas para crear algo con mis manos que no necesite electricidad como lo hacía muchos años atrás.” Ese fue el momento en que marcó un cambio en las cosas que quería hacer. Para muchos el huracán María también nos trajo oportunidades que muchos aprovechamos y sacamos algo bueno y nuevo. Para quienes nos determinamos a salir adelante. Ahí fue cuando decidí utilizar parte del dinero que tenía para invertir en mandar hacer unas telas impresas con los personajes de Happixs y hacer algo manual pensando en buscar cómo generar ingresos para los próximos meses para las ventas navideñas ya que no tenía trabajo ni ingresos desde la parte de diseño gráfico a clientes.

La inspiración de esa colección me llegó gracias a una amiga, Bianca Negrón, quien desde la diáspora rápido busco escribirme y preguntarme cómo estaba y si necesitaba algo, que no estábamos solos en Puerto Rico. En ese momento abrí la libreta de dibujos que había estado utilizando por un mes para desahogarme y entretener mi mente todos los días sin trabajo ni luz ni agua y dibujé un corazón que volvía a latir otra vez con la estrella de Puerto Rico. Ese corazón para mi simbolizaba el volver a tener esperanza de que las cosas iban a estar mejor y sobre todo sentir ese abrazo de que no estábamos solos y que teníamos apoyo. Por eso llamé a esa colección Corazón de Esperanza y diseñé la misma para poderla yo trabajar como un producto físico, no digital, y que pudiera ser en parte con mis manos. Esa colección se la dediqué a la diáspora. 

Me fui a la oficina de un amigo diseñador, Juan Carlos Torres, dónde yo también hacia diseño gráfico y como ya había llegado la luz y el internet (y no teníamos trabajo) aproveché para enviar los artes a una empresa en Estados Unidos que imprimía telas y a otra empresa el arte para las etiquetas. Aún no había una imprenta que conociera quisieras de trabajo local y de todas maneras dudo mucho que en ese momento hubiera sido posible. Preparé un arte para el paquete donde pondría el nombre de la colección y la dedicatoria preparé el arte de las calcomanías del corazón de esperanza y preparé el arte para las camisetas con el corazón de esperanza. Casi todo lo hice a través del internet en esos ratos que pude ir a esa oficina y algunos detalles en una imprenta que ya estaba funcionando.

Envíe todo aún sin yo tener luz ni agua en mi casa con toda la fé del mundo que iba a poder producir esto en casa para ventas navideñas del 2017. Esperanzada que cuando me llegaran los materiales yo tuviera luz para poder comenzar a cocer las cosas aún sin saber mucho utilizar la máquina, pero no me importaba, sabía y estaba dispuesta a hacerlo como fuera. Por si acaso, ya Juanca me había dicho que si no me llegaba la luz cuando me llegara todo me llevara la máquina de coser a su oficina, eso nunca lo olvidaré.

Así nació mi primera colección de arte en tela como la bautizó una amiga diseñadora y emprendedora, Cynthia Trigo (con quien hoy imprimo las telas en Puerto Rico de alta calidad). La colección constaba de los dos personajes, Luca y Blue con la bandera de Puerto Rico en alto en símbolo de que aquí estamos y vamos pa’lante, están parados en una tierra que comienza a echar nuevas hojas en una metáfora de que vamos va a volver a salir la naturaleza pero también nuestro trabajo, y en la parte de atrás es donde estaba el recordatorio de la fecha ocurrido con el huracán María y en la parte posterior, diciéndole a las personas que adquirieran la colección que lo leyeran en un futuro para que no se olvidaran de que siempre íbamos a poder salir de esto y de lo fuerte que habíamos ido. Y por supuesto, el famoso #PuertoRicoSeLevanta de ese momento histórico.

Como siempre algunos los regale a familiares y los demás se vendieron. Recibí ingresos esa Navidad de mis productos pero más importante aún me devolvió la esperanza de que sí podía hacer muchas cosas con mis manos que llevarán mensajes positivos que provocaron conversaciones de valor y sobre todo que devolvieran una sonrisa a las personas.

De ahí nace el querer seguir haciendo colecciones en tela, ahora puedo hacerlas en Puerto Rico con la más alta calidad beneficiando a mas de dos empresas, la que imprime las telas  (Empron), la Cooperativa de la Aguja de Cayey que coce los bolsos y los cojines de las nuevas colecciones y varas en las que compro materiales adicionales para su producción y empaques. Cada vez que diseñó una colección y se manufactura, ya comienzo a diseñar una próxima colección. Por eso es que nunca repito el mismo arte mas tiradas ni otras colecciones, son piezas únicas, tiradas limitadas y eso le añade mucho más valor a las piezas.

Quise compartirte esta historia de cómo surgen estas colecciones que estoy realizando para que supieras que de los momentos difíciles siempre uno puede aprender y siempre hay oportunidades a las que hay que poner atención. Segundo para que conozcas un poco sobre cómo diseño pensando en cómo llevar un mensaje más allá del producto porque todo el mundo puede hacer lo mismo con lo que sea que está trabajando no importa que el producto sea. Y esa es parte de la misión de Karmen Olmo y Happixs llamada Happypreurs.

Disfruta algunas de las fotos de esta colección llamada corazón de esperanza para que veas un poco del proceso desde que comencé sin luz, sus detalles y algunas fotos enviadas de quienes adquirieron.

Si tienes alguno de estos súbelo a Facebook o Instagram, tagea o menciona a Happixs para compartirlo.

Un abrazo,

Karmen

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