El tema de la educación debe ser tema de prioridad para todos. Si te sientes estancado, que no sabes para que estudiaste algo, si perdiste el tiempo y peor aún, dudas si tus hijos están perdiendo el tiempo, debes leer esto que compartiré contigo. Es oro y te cambiará la vida como lo hizo conmigo.

Jamás pensé que daría clases en universidad. Ni lo planifiqué ni me interesó hasta varios años más tarde que hice mi maestría que acepté una invitación a dar clases por necesidad. Comencé en la Universidad Interamericana de Puerto Rico dando apreciación del arte y actualmente doy diseño gráfico en la Universidad del Este del SUAGM en Puerto Rico. Lo más interesante es que por años di talleres creativos y de Internet sin considerarme profesora. ¿Sabes qué? Desde que nos levantamos pasamos por experiencias que son educativas. Ya sea por lo que escuchamos o por los consejos (sabiduría) que compartimos a alguien. Que esa experiencia educativa sea mala o buena, ya eso depende de quien la da o quien la reciba.

Luego de varias experiencias que cambiaron la forma en que veía la vida y la forma que la estaba viviendo, me doy cuenta de que no es casualidad que esté ocupada en proyectos educativos en valores positivos, en los Objetivos Globales, en HappySchools PR y todos desde mi perspectiva de creativa el diseño y la cultura. La educación es la forma maravillosa de ser relevante y no hay que ser profesor o maestro específicamente en escuelas o universidades. Desde donde estamos, enseñamos. Enfoquemos en la sabiduría con conocimiento. (Lee abajo el escrito te darás cuenta porque lo digo)

Es por eso que lo que te voy a compartir aquí es una joya para tu vida. Aunque no des clases, descubrirás para que estudiaste, y te hará reflexionar. Si no te has graduado, mejor, podrás descubrir el verdadero sentido de la vida y la felicidad con lo que sea que estés estudiando, podrás enfocar mejor tu carrera y darle un propósito y gran valor lo que hará que seas exitoso. Si ya estás disfrutando de una adultez donde te dedicas exclusivamente a lo que decidiste una vez estudiar, pero sientes que nuca has sabido cómo ser de valor para el mundo, debes leer esto con detenimiento. Lo que aprendiste es de valor para otros y hay mucha gente que necesita de que compartas lo que sabes. Es momento de hacerte memorable. Hay mil formas de hacerlo y reinventarte.

Lo que leerás a continuación me cambió mucho la vida. Eso hizo que un día dejara de entrar a dar clases por mera necesidad económica donde yo misma me aburría a entrar a dar clases con la energía al máximo, de que había aprendido a ayudar a otros a ser mejores ciudadanos, había comprendido el gran valor de mi posición como profesora en la vida de tantos estudiantes y del privilegio que era ser maestra o profesora aunque fuera por un tiempo en la vida. Aún doy clases, y ya se por qué. ¡Qué lo disfrutes! Déjame saber qué opinas abajo, por favor.

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LA EDUCACIÓN
Por Daisaku Ikeda, presidente de la SGI (organización para la creación de valores), filósofo, líder budista, educador, luchador del desarmamiento de las armas nucleares, consultor de la ONU y los Objetivos Globales.

El mayor recurso que tiene la humanidad se encuentra en la propia vida humana.  Esta riqueza puede ser infinitamente extraída y desarrollada. El desafío y el propósito de la Educación es alentar y creer en la juventud, revelando su sabiduría y fortaleza.

El conocimiento en sí mismo es una herramienta neutral que puede ser usada para el bien o para el mal. La sabiduría, por el contrario, siempre nos dirige hacia la felicidad. La tarea de la educación debe ser la de estimular y dar rienda suelta a la sabiduría que permanece latente en la vida de todos los jóvenes. Esto no es un proceso forzado, como presionar algo en un molde pre-formado, sino más bien extraer el potencial ya existente.

La Educación debe inspirar la fe en que cada uno de nosotros tiene el poder y la responsabilidad de efectuar un cambio positivo a escala global.

La Educación nos hace libres. El mundo del conocimiento y del intelecto se encuentra donde la gente puede encontrarse y conversar. La Educación libera a la gente de prejuicios. Libera al corazón humano de sus impulsos violentos.

La Educación no debe basarse o limitarse a la agenda nacional. La Educación debe cultivar la sabiduría para rechazar y resistir la violencia en todas sus formas. Asimismo, debe fomentar a que las personas intuitivamente entiendan y conozcan (en su mente, en su corazón,  en todo su ser) el irreemplazable valor de los seres humanos y del mundo natural.

Nada es de importancia más crucial hoy en día que el tipo de educación humanista que permite a las personas sentir la realidad de la interconexión humana, apreciar el potencial infinito de la vida, y cultivar ese potencial humano inactivo al máximo.

La tarea de la educación debe ser fundamentalmente garantizar que el conocimiento sirva para promover la felicidad humana y la paz.

El verdadero compromiso religioso y el verdadero espíritu de la educación son en realidad dos manifestaciones de un mismo ideal de la completa liberación del ser humano.

La educación es encender una llama. Cuando los maestros arden de pasión por la verdad, el deseo de aprender se enciende en los corazones de sus alumnos. Cuando los maestros están entusiasmados por la cultura y la belleza, la creatividad de sus alumnos se enciende como una llama brillante.

La digna misión de aquellos que han podido recibir educación debe ser la de servir, de manera visible e invisible, a la vida de aquellos que no han tenido esta oportunidad.

Para mí, la esencia de la educación es el proceso mediante el cual carácter de una persona inspira a otros. Una vez que los alumnos sientan que sus maestros están realmente preocupados por su bienestar individual, empezarán a confiar en ellos.

A diferencia de los asuntos políticos y económicos, los programas educativos no dan fruto de inmediato, por lo que es difícil convencer a la gente de su importancia. Pero en el largo plazo, la educación es clave para lograr la estabilidad y la prosperidad a la sociedad.

La educación debe estar basada en el ritmo fundamental de la vida misma: el deseo de crecer, de extenderse a sí mismo, de salir de su caparazón. Debe tratar de colocar a las personas en su propio camino de superación personal. No puede ser autoritaria, sino que debe impulsar el progreso de una persona con su consentimiento y su satisfacción.

La educación no es simplemente la transmisión de conocimientos. No es simplemente el desarrollo del talento. La educación es la grandiosa obra de transmitir la plenitud de la humanidad con seguridad y constancia del pasado hacia el futuro.

No existe una educación genuina sin la sincera interacción e inspiración de persona a persona. La gente crece a través de la interacción con la gente.

La genuina misión de la educación debe ser la felicidad duradera de aquellos que están aprendiendo. La educación nunca debe estar subordinada a las demandas del orgullo nacional, o a la búsqueda de las corporaciones de empleados que generen rentabilidad. Los seres humanos, la felicidad humana, deben ser siempre la misión y el objetivo.

La relación entre docente y alumno puede ser un enlace vital a través del cual los nuevos horizontes se abren y se desarrolla la vida. Para mí, la esencia de la educación es el proceso mediante el cual el carácter de una persona inspira a otros.

La educación en su máxima expresión es un proceso de liberación de los prejuicios que libera el corazón humano de sus tendencias violentas. A través de la educación la gente puede ser liberada de la impotencia, de la carga de desconfianza dirigida contra ellos mismos. Y aquellos que han aprendido a confiar en sí mismos son, naturalmente capaces de creer en las capacidades latentes de los demás.

Las Universidades deben existir para beneficio de los que no pueden asistir a ellas.

Cuanto más conocimiento uno adquiere, más importante se hace la pregunta de para qué se utilizará ese conocimiento. El conocimiento sin sabiduría y sin filosofía no produce más que bestias talentosas.

El conocimiento por sí solo no puede generar valor. Es sólo cuando el conocimiento está guiado por la sabiduría que se crea valor. La fuente de la sabiduría se encuentra en los siguientes elementos: un sentido general de propósito, un poderoso sentido de la responsabilidad y, por último, el deseo compasivo para contribuir al bienestar de la humanidad.

Creer en la gente, creer en la riqueza de lo desconocido y revelarlo a los demás: Ese es el poderoso espíritu de la educación.

Es a través de la educación que nos liberamos de la impotencia, de la carga de desconfianza dirigida contra nosotros mismos. Despertamos las capacidades que permanecen latentes en nuestro interior. Despertamos y ampliamos la aspiración del alma de convertirse en plena y completa. ¿Puede haber alguna experiencia más sublime en la vida?

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Carpe diem.

Karmen Olmo
Happiness Hacker

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En ruta al Dia Internacional de al Felicidad 2018: